
Las duras cicatrices en el vientre de Kely Pumero, una migrante venezolana de 36 años que se encuentra en Estados Unidos, son más que una herida física. Estas cicatrices son un testimonio de su viaje personal y de una decisión crucial: la gestación subrogada. La historia de Kely ilustra la compleja realidad que enfrentan millones de migrantes venezolanos en busca de mejores oportunidades en medio de una crisis económica. Al igual que otros, Kely vio en la gestación subrogada una oportunidad para cambiar su situación económica y contribuir al sueño de una familia. Sin embargo, esta travesía estuvo llena de obstáculos, riesgos de salud y dilemas emocionales.
Enfrentando la Crisis en Venezuela: Kely Pumero forma parte de los casi 7 millones de venezolanos que han dejado su país natal en busca de un futuro mejor debido a la crisis económica. Cuando llegó a Estados Unidos en 2022, consideró la gestación subrogada como una vía para mejorar su situación económica y la de su familia.
La Decisión de la Gestación Subrogada: Pese a los desafíos iniciales debido a su salud, Kely decidió embarcarse en el proceso de gestación subrogada para ayudar a cumplir el deseo de una familia de tener un hijo biológico. Esta decisión no fue fácil y la sometió a ocho meses de incertidumbre y preocupación constante.
La Experiencia de la Gestación Subrogada: Durante el proceso, Kely enfrentó complicaciones de salud como diabetes, hipertensión y un descenso del útero. A pesar de las dificultades, Kely no se arrepiente de su elección y siente que ha contribuido a la felicidad de una familia.
Los Vínculos Emocionales y la Dificultad del Desapego: El proceso de gestación subrogada implicó un fuerte vínculo emocional con el bebé, lo que dificultó el proceso de desapego. A pesar de haber recibido un pago significativo por su participación, Kely afirma que no volvería a hacerlo debido al apego emocional involucrado.
Acompañando la Vulnerabilidad: La fotógrafa Yadira Pérez documentó la historia de Kely y su experiencia en la gestación subrogada. A través de esta experiencia, Yadira se conectó con la vulnerabilidad de dos familias: la necesidad de una familia de tener un hijo y la necesidad de Kely de mejorar su situación económica.
Conclusión y Recomendaciones: La gestación subrogada es una realidad compleja y llena de desafíos. La historia de Kely Pumero resalta la valentía y la compasión necesarias para embarcarse en este camino. Esta narrativa nos invita a reflexionar sobre las implicaciones emocionales y éticas de la gestación subrogada, y subraya la importancia de proporcionar apoyo y comprensión a quienes se embarcan en esta travesía. A medida que la gestación subrogada continúa siendo una opción para algunas personas, es fundamental considerar cómo se puede mejorar el proceso y garantizar el bienestar de todas las partes involucradas.